La mayoría de mis primeros recuerdos son de estar en la naturaleza. Fui muy afortunada de haber crecido con los más bellos jardines del castillo en mi puerta, en el centro de Irlanda. Este era mi patio de recreo. Los magníficos árboles allí se convirtieron en mi familia extendida. Mis dos padres tenían una conexión muy profunda con la naturaleza; Este es un regalo precioso que me han dado. Las mañanas de los domingos se dedicaban a recolectar campanillas y prímulas, a comer fresas del suelo, a levantarse al amanecer para recoger setas de campo para el desayuno. Nadaríamos en los ríos y lagos locales, sin preocuparnos del mundo. Deambularía sola durante horas a través de campos y jardines del castillo, en mi propio mundo, profundamente conmovida por toda las maravillas de la naturaleza. Encontré un gran consuelo en la naturaleza y siempre escapaba allí si la vida se volvía estresante.
Creo que esta fue mi base para mi carrera en Terapia de Bosque. Vi cómo el mundo natural podía ayudar a las personas en tiempos de angustia y ofrecer una gran curación. La investigación muestra que si los padres tienen una fuerte conexión con la naturaleza, los niños a menudo crecen apreciando la naturaleza. Esto es vital en términos de conservación de la naturaleza ya que protegemos lo que amamos. Una fuerte conexión con la naturaleza también es un factor protector para los niños, aumentando su capacidad de recuperación en tiempos de estrés. Este fue ciertamente el caso para mí. Los Baños de Bosque y la Terapia de Bosque pueden ayudar a mejorar la relación de las familias con la naturaleza, lo que es un regalo precioso para ofrecer.